domingo

DOLO o negligencia de Telefónica?

La distribución de los equipos para que el agente comercializara hasta la llegada de Telefónica había sido en consignación, ellos en cada ciudad capital tenían su centro de acopio y hasta ahí había que llegar con una logística de transporte para que le fuera entregado al agente las cantidades que le correspondían por histórico de ventas. Había que estar pendiente de la rotación del inventario el cual se debía reportar de acuerdo a la solicitud del operador para su control de existencia o de venta, esto con el fin de trasladarlo a otro agente si este no cumplía con su encargo de venta del producto y tener el control del inventario en poder del canal de distribución.

El control bajo esta modalidad para las partes era recíproco, el operador sabía qué agente tenía el equipo el cual lo descontaba de su inventario una vez era ingresada la venta porque tenía que facturarle al cliente y darle de alta y para controlar el inventario no vendido hacía la verificación del mismo físicamente en las bodegas del agente o en algunos casos el mismo agente le llevaba los equipos físicamente para que realizaran nuevamente la renovación del tiempo de consignación.

Con la llegada de Telefónica y con ellos del español Juan Pedro Araujo, se inició el desmonte de la modalidad “en consignación” e iniciaron la modalidad de venta directa al agente denominada “esquema mayorista” a través de dos operadores logísticos uno importado de España y el otro local para que controlaran esta nueva forma de suministro. Ambos operadores logísticos eran simultáneamente agentes comerciales, tenían el suministro asegurado, lo mismo que el canal propio de Telefónica en sus Centros de Ventas y Servicios CVS quienes tenían prioridad de equipos en sus niveles de alta gama, de promoción y cualquier otro evento que demandara volúmenes de venta, pues era evidente que si hacían promociones por ejemplo un mes de la madre con despliegues publicitarios, TV, prensa radio, la gente masivamente acudía a las tiendas de los agentes pero no encontraban la promoción, esta llegaba primero a los CVS y a los puntos de los operadores logísticos, era evidente la competencia desleal.

En este esquema de distribución era Telefónica quien determinaba la política de suministro de equipos a los agentes comerciales (en materia de cantidades y referencias), hasta el punto de que en comunicaciones enviadas vía mail por la vicepresidencia comercial de Telefónica, ya estando vigente el “esquema mayorista”, y para generar confianza en el nuevo esquema, éste se comprometía con  los agentes a hacer entrega de un % del inventario  de los equipos de que disponía Telefónica para garantizar al agente suministro de equipos que le permitiera atender todo el canal de mercado que había logrado abrir bajo el nuevo esquema comercial.

Todo parecía que con el operador logístico iba a funcionar, en reuniones manifestaban del ciclo tanto para pedidos como para entregas, hablaban de un software para montar con anterioridad los pedidos a sus bodegas y explicaban que los despachos serían a través de empresas de mensajería reconocidas en el país para garantizar la entrega a tiempo de los pedidos. Adicionalmente, que cada tienda estaría codificada para tener un control de reposición de inventario por unidades vendidas, es decir, que el agente informaba para qué tiendas iba parte del inventario y con el cruce por la venta y alta del equipo el operador logístico tendría información para hacer la reposición de las unidades vendidas en cada tienda, con estas explicaciones y las del operador quienes hicieron la campaña a nivel nacional,  los agentes nos sentíamos privilegiados en la cadena de distribución, preocupándonos sólo de la venta de nuevas conexiones con equipos, pues este era el encargo al que nos habíamos comprometido con el contrato de agencia comercial.

Pero, bajo este nuevo esquema de suministro de equipos, Telefónica modificó de manera unilateral los términos de ejecución del contrato afectando los intereses de los agentes comerciales, como quiera que para adquirir los equipos se veía obligada a pagarlos con la generación del impuesto a las ventas, carga que no tenía bajo el esquema de consignación, pues en desarrollo del mismo el equipo le pertenecía a Telefónica y en tal condición era vendido a los usuarios, lo anterior sin mencionar otras cargas económicas concomitantes tales como:  comisiones por ventas a través de tarjetas débito y crédito e impuesto a transacciones bancarias, entre otros.

Otra desventaja económica que generó este nuevo esquema para el agente comercial, consistió en que al verse obligado a adquirir los equipos para su posterior venta, quedaba igualmente obligado a asumir el riesgo derivado de la imposibilidad de enajenar aquellos poco atractivos para los usuarios, mientras que bajo el antiguo sistema (consignación), los equipos que no resultaban atractivos para el mercado eran devueltos a Telefónica.  

Entendíamos que cualquier sistema tiene una etapa de implementación, pero esta nueva fórmula de distribución en su implementación duró hasta que acabó con los agentes comerciales, el plan fracasó desde el primer momento en que entró en vigencia, el operador logístico facturaba el inventario entregado al agente a precio full, pero en el camino, si Telefónica hacía promociones, los precios de los terminales eran modificados y había que generar notas contables informando del precio al cual se debía de cobrar y no con el precio que se había facturado. Si un equipo nos los facturaban en 500mil pesos este generaba un IVA de 80mil el cual nos tocaba reportar y pagar, pero si el equipo se vendía en cero pesos como sucedía con las promociones pos pago, el IVA no lo podíamos descontar y para pagar la factura debíamos de esperar la nota contable para el descuento, pago y liberación de cupo para pedidos.

El siguiente era el algoritmo entre Telefónica-operador logístico-agente:

1.    El operador logístico y el agente definían un cupo para la entrega de inventario
2.    El operador logístico enviaba la información de inventario solicitado y de precios facturados al agente a Telefónica para que ellos descontaran del inventario asignado al operador logístico; control de Telefónica vs operador logístico
3.    El agente recibía el inventario, lo redistribuía en su canal y vendía al cliente final
4.    La venta era dada de alta por Telefónica quien debía de informar al operador logístico de que terminal había “prendido” y a qué precio para que el operador logístico lo descontara de inventario y cobrara la factura al precio que se había vendido; el operador hacía el recaudo por Telefónica
5.    Con esta información claramente se podía ver que las conciliaciones entre operador logístico-Telefónica-agente, debían de ser automáticas y a tiempo para poder garantizar el ciclo del “Esquema Mayorista”

El ciclo era fácil de entender pero difícil de implementar, el algoritmo empezó a fallar desde el mismo momento en que faltó la información de precios a que se vendía la terminal y las altas o equipos “prendidos” al sistema para darlos de baja del inventario del operador logístico, era evidente que sin una información de precio en el que se había facturado 500mil, tributado 80mil y vendido en cero pesos, afectaba cualquier decisión en la cadena del “esquema mayorista” impuesto por Telefónica, dado que Telefónica no reportaba las novedades al operador logístico y estos a su vez al agente, debido a esta desinformación nacieron las “conciliaciones” entre operadores logísticos/Telefónica, Telefónica/agentes y agentes/operadores logísticos. A Telefónica le tomó más de un año instalar el software de control, lo instaló cuando se dieron cuenta que había sido una de las causales que llevó al fracaso el plan fallido “esquema mayorista”, pero ya para ese tiempo, varios agentes habíamos liquidado  empresa, los agentes con operación nacional y los operadores logísticos se vieron obligados también a cerrar puesto que Telefónica no cumplió con tener la información actualizada, le tocó a Telefónica volver al esquema anterior de distribución.

Las “conciliaciones” generadas por la falta de información Telefónica-operador logístico, Telefónica-agente, y de responsabilidad de Telefónica quien fue el actor que impuso el fallido “esquema mayorista” fueron la gota que derramó el vaso, puesto que Telefónica le echaba la culpa al operador logístico en reuniones que sostenía con los agentes, en donde les dejábamos saber que la falta de suministro nos iba a llevar a la debacle financiera/comercial pues teníamos las tiendas abarrotadas de clientes buscando nuevas líneas, reposiciones por robo o pérdida y renovaciones de equipos para tener el de moda, pero, desafortunadamente no teníamos equipos para suplir esta demanda que ellos mismos habían anunciado y publicitaban en los medios, sólo teníamos “sim card” para cumplir con las ventas con equipos traídos de los otros operadores, es decir, nada, porque ese no era nuestro “target”, los negocios con las “sim card” eran para las mafias que Telefónica indujo a crear con la reventa de minutos.

Este incumplimiento, resulta particularmente evidente porque durante el primer trimestre del año 2007 Telefónica entregó a CELLMOVIL más de 20.000 equipos bajo el esquema de consignación. Sin embargo, durante los nueve meses siguientes, ya en vigencia del nuevo “esquema mayorista”  que implicaba ejecutar el contrato con tiendas propias del agente, Telefónica sólo entregó a CELLMÓVIL un poco más de 16.000  equipos, cuando según la estructura de las tiendas que se había montado, y la cantidad de vendedores Pymes que tenían dispersos en el mercado, el agente requería de aproximadamente 77.000 equipos durante los últimos 9 meses de 2007 para atender la demanda comercial que su gestión generaba.

En estudio contratado por Telefónica a la firma internacional OLIVER WYMAN quien venía acompañando a Telefónica en la implementación del nuevo esquema comercial, se determinó que CELLMOVIL era una empresa viable, y que para lograr el nivel de ingresos que estaba en condiciones de canalizar requería el suministro de 45.715 equipos en el periodo comprendido entre mayo y diciembre de 2008, sin embargo Telefónica sólo suministró 10.194 equipos, que por otra parte correspondían a referencias diferentes de las que el mercado estaba requiriendo para el momento. El cruce de comunicaciones demuestra con claridad, no sólo el incumplimiento como tal, sino el abuso de Telefónica de su posición de preeminencia en la ejecución del contrato, porque a sabiendas de que su agente requería mayor número de equipos, le remitió uno significativamente menor.

Con base en el estudio de OLIVER WYMAN, cuya elaboración contrató Telefónica, CELLMOVIL obtuvo mucha más credibilidad en el sector financiero pues el plan de negocios presentaba cifras prometedoras y basados en este plan de negocios, se realizaron acuerdos de refinanciación de  obligaciones las cuales en principio aliviaron la difícil situación de flujo de caja que para ese entonces ya se estaba viviendo. Dichos acuerdos fueron armónicos, en términos de plazos y valores a pagar, con las proyecciones de OLIVER WYMAN las cuales proyectábamos se iban a cumplir por parte de Telefónica.

Conforme a las referidas proyecciones de OLIVER WYMAN, y bajo la clara convicción de que CELLMÓVIL era una empresa viable, Telefónica aprobó a  CELLMOVIL un apoyo económico que le entregó parcialmente así: a) $300.000.000 el 14 de abril de 2008 por concepto de apoyo  comercial; b) $300.000.000 el 15 de mayo de 2008 por igual concepto que el anterior; y c) $960.000.000 como premio por el cumplimiento de metas presupuestales, de los cuales le entregó la suma de $880.000.000, el saldo, le fue negado por razones no imputables a CELLMOVIL.

Implementadas las recomendaciones del estudio de OLIVER WYMAN, se empezaron a experimentar resultados positivos evidenciados en las cifras de julio, agosto y septiembre de 2008, con lo que se vislumbraba por parte de CELLMOVIL una franca recuperación que habría de concretarse en la temporada de fin de año.

Sin embargo, en la primera semana de octubre de ese año, Telefónica ordenó la devolución de todo el inventario en poder de CELLMOVIL, con la expresa motivación de renovarlo para atender la temporada decembrina, justificación que a la postre resultó no ser cierta.

Cumpliendo con la orden de Telefónica, a mediados de octubre de 2008, CELLMOVIL entregó a todos los equipos que permanecían en sus tiendas, quedando sin la posibilidad de vender líneas, aparatos telefónicos o tarjetas entre ese momento y el día 30 de noviembre de 2008.  

Como condición para hacer nueva entrega de equipos, Telefónica impuso a CELLMOVIL un arduo proceso de conciliación de cuentas con los distribuidores mayoristas, demostrándose con ello que la solicitud de entrega de los activos nunca tuvo como verdadera motivación la renovación de inventarios. Otra prueba de ello es que superada la conciliación, los equipos que finalmente se entregaron a CELLMOVIL fueron, en número, inferiores a los volúmenes que se encontraban en sus tiendas al momento de hacer la devolución que se produjo en octubre.  

No obstante lo anterior, y a pesar de los expresos compromisos de Telefónica y de que llegó la temporada de diciembre de 2008, CELLMOVIL se encontró con un nuevo incumplimiento de su agenciada, pues aunque se le garantizó la entrega de 15.000 equipos para dicho período, tan sólo recibió un poco más de 500.

Desde el momento en el que CELLMOVIL se acogió al nuevo esquema comercial, y aún durante el tiempo en que no contó con inventarios en sus tiendas, el agente, en desarrollo de los acuerdos celebrados con Telefónica tuvo que atender, sin ingresos para sí, todos los clientes que requerían servicios que no le generaban comisión alguna tales como reclamos por daños en equipos, reposición de sim cards, garantías y en general servicios de posventa.

La situación planteada, llevó al fracaso del plan de negocios de OLIVER WYMAN, lo cual generó el colapso de la operación comercial de CELLMOVIL, quien no obstante haber mostrado sus tiendas abarrotadas de usuarios por la temporada decembrina de 2008, no pudo atender sus necesidades por la falta del inventario suficiente.
                                                                                
Mediante comunicación email de fecha 29 de diciembre de 2008 y ante la imposibilidad de hacerlo por un medio más efectivo, se puso en conocimiento de Telefónica, a través de su Presidente Sergio Regueros y del Vicepresidente Juan Pedro Araujo, la difícil situación en la que había quedado la compañía por el nuevo incumplimiento de Telefónica.

En enero de 2009 se solicitaron equipos a Telefónica y los mismos no fueron entregados bajo el reiterado argumento de no existir inventarios. Situación que fue empeorando día a día, hasta que a mediados de febrero del mismo año, le fue imposible al agente continuar con su operación comercial.  

Como consecuencia de lo anterior, y en desarrollo de lo previsto en la cláusula 13.3 del contrato de agencia comercial, por iniciativa de CELLMÓVIL, se intentó un arreglo amigable entre las partes a instancias de un conciliador, negociaciones que se llevaron a cabo en el Centro de Conciliación de la  Cámara de Comercio de Cali.

En desarrollo de este intento se surtieron una serie de reuniones con Juan Pedro Araujo orientadas a lograr un acuerdo, en las cuales Telefónica hizo a CELLMOVIL un par de ofrecimientos consistentes en la entrega de sumas de dinero que contribuyeran a paliar la difícil situación económica de esta última. Dichos ofrecimientos fueron  a) $450.000.000 el día 16 de enero de 2009; y b) el ofrecimiento se elevó a la suma de $1.500.000.000 el 23 de enero del mismo año, bajo la condición de que si con eso no se normalizaba la operación, CELLMOVIL debía ceder a Telefónica la totalidad de su estructura comercial.

Ninguna de las dos ofertas fue aceptada por CELLMOVIL por cuanto los montos ofrecidos estaban muy lejos de constituir una justa indemnización por los daños sufridos.

Cómo podemos bautizar las actuaciones de Telefónica, “DOLO o negligencia?”... negligencia por parte de un español que vio en estas tierras que podía montar un esquema de distribución “esquema mayorista”, igual al que existe en su madre patria, o una acción hecha con la voluntad maliciosa del engaño para no entregar inventarios y llevar a la liquidación de agentes nacionales para darle paso al siguiente capítulo, ya no por el español sino por el nuevo Presidente, el argentino Ariel Pontón quien venía con su nuevo esquema comercial de los Centros de Experiencia en donde la comercialización pasa a ser nuevamente del control de Telefónica.

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Estrategia comercial inducida

Ariel Ricardo Pontón, posesionado a mediados de diciembre del 2008 como Presidente de Movistar Colombia en reemplazo de Sergio Regueros, venía de Movistar Argentina en donde desempeñaba el cargo de Director Comercial.

A su llegada, logró darse cuenta del estado de la compañía que venía de una situación un poco cuestionada comercialmente por los manejos del español Juan Pedro Araujo, suponemos porque nunca nos lo manifestaron pero si era evidente que había graves problemas de suministro de equipos para la captación de nuevos clientes. Prácticamente nos habían dado el encargo comercial de vender “sim cards” “sin equipos nuevos” sólo para equipos de los otros operadores, seguramente estaban pasando por un mal momento para poder responder a la demanda de las operaciones comerciales que nos habían trasladado a los agentes comerciales.

Fue tan evidente la situación en ese año que el suministro de las “sim cards” fue la joya de la corona para los comerciales, tanto de Movistar como para los agentes comerciales. Nacieron “mafias” que las acaparaban aún sin estar dadas de “alta” en el sistema, estas desde que salían de las bodegas de Movistar, ya tenían precio en la cadena de distribución, pues en algunos casos sólo se pagaba el IVA pero llegaba a un precio hasta de 20 veces más al cliente y tenía su razón de ser.

El operador programó su plataforma para controlar las cargas de las “sim card”, esto le permitió realizar las recargas dobles en ciertos días para motivar al usuario a que consumiera, así nacieron los “hoy duplica”, “triplica” el “pico y placa” en la competencia, etc., de esta manera, al agente comercial le pagaban un porcentaje en los siguientes seis meses contados a partir de la activación de la “sim”.

Y como crearon el negocio, había que buscar la manera de adecuarse al sistema, porque aquí en esta cadena comercial ganaban empezando por el cliente que tenía privilegios en su consumo, quien le vendía tenía su comisión, el agente comercial que le suministraba al vendedor, el jefe de ventas Movistar encargado del agente, el Director comercial de Movistar, el Vicepresidente regional de Movistar y el Presidente de Movistar y porqué tantos involucrados?, sencillo, todos teníamos que cumplir presupuestos y más en esta etapa de austeridad de terminales celular que sólo permitía colocarle un moño a la “sim” para regalarla.

El presidente le exigía a sus vicepresidentes el cumplimiento a nivel país, estos a su vez a los directores a nivel región y estos a sus jefes de ventas en sus zonas para que surtieran a los agentes comerciales y estos a sus vendedores. Como todos comisionaban por la labor, las “sim” empezaron a agotarse en las regionales, había “trasteo” de “sim´s”, y estas eran asignadas a veces a dedo, aquí nació otro negocio.

A nivel país ya se había iniciado el negocio de venta de minutos, esto venía creciendo a pasos gigantes, ya existían mayoristas hasta con 2.000 teléfonos regados en la calle, el negocio de la reventa crecía cada día más; entonces, con el afán de cumplir las metas propuestas de dar de alta estas “sim” para ganar no sólo la comisión de la recarga de los siguientes 6 meses, un mago creó el negocio para tener activas las sim y poder cobrar la comisión de enganche y de recarga con la misma filosofía que Movistar había programado su plataforma.

Un mayorista en los conocidos centros comerciales de ciudades capitales compraba por ejemplo 1.000 “sim´s” las cuales se cargaban dependiendo de sus clientes o minuteros con cargas de 50mil 100mil, etc., en los días dobles, triples, así mismo su venta dependía de lo recargado, si tenía 50mil en día triple, la “sim” tenía 150mil para consumo, la vendían en 80mil, el mayorista recuperaba la carga y se ganaba 30mil y el minutero podía ganarse 70mil, a su vez, el agente ganaba una sola comisión por “prender” la “sim” y el porcentaje de la carga inicial y las posteriores.

Este pasó a ser el negocio para muchos agentes comerciales que no dependían del tráfico de un punto de venta, a diferencia de los que habían invertido en consolidar sus puntos de venta para prestar el servicio con las operaciones comerciales pero que necesitaban y dependían de la entrega de equipos por parte de Movistar quien en esos momentos no estaba en la capacidad de suministrarlos.

El negocio de las “sim” fue tan “exitoso” que los jefes de venta de Movistar promovidos por sus jerarquías tenían el control de las mismas, era un negocio que por donde se moviera el volumen dejaba la comisión y los premios por volumen por los cuales todos apuntaban pues de estos salía el fondeo para compra de “sim” cada vez en más volúmenes y para las recargas para sostener la comisión inicial pues si el sistema no detectaba recarga, no pagaban la comisión. Claro que este tema de liquidación fue y ha sido cuestionado, quien garantiza lo pagado, sobre cual base de recarga o de “sim” efectivamente prendida.

La creatividad de los agentes comerciales en el afán de obtener los volúmenes de venta y acceso a los premios adicionales por cumplimento, se valían de empresas o fábricas dedicadas a construir los “contratos” que se debían anexar por cada “sim” prendida. Visitaban empresas de salud, del gobierno, etc., en donde compraban fotocopias de cédulas para llenar y anexar a los contratos con información evidentemente falsa y no suministrada por el cliente. Otra modalidad patrocinada por Movistar fue la de clonar a una venta inicial (al comienzo sólo permitían 3 líneas por cédula, después cambiaron como a 20) los restantes contratos; definitivamente lo que Movistar promovió fue el obtener una base de clientes poco confiables en cifras, pues una cédula podía tener más de 20 “sim” prendidas, primero sin consentimiento del abonado y segundo el lucro obtenido por una estrategia comercial “inducida” y en ocasiones “avalada” sólo con el afán de poder mostrar su crecimiento en clientes e ingresos.

Recuerdo a Juan Pedro Araujo vicepresidente de ventas y mercadeo, que no se desprendía de su computador en la oficina o su smartphone  en donde tenía alertas de las “sim” prendidas día a día con alguna frecuencia horaria, el termómetro que le levantaba el ego por su gestión comercial y mientras tanto, nosotros (y demás agentes con puntos propios) con los 62 puntos de venta vacíos porque ya ni a comprar “sim´s” venía la gente pues la conseguía en las esquinas o en las vanes que utilizaban perifonéo por toda la ciudad.

Fue tanta la insistencia a Juan Pedro Araujo vicepresidente de ventas y mercadeo de la situación, pues mantener el arriendo y gastos de 62 tiendas y de 150 empleados directos que se ideó un apoyo comercial por $1.560 Millones los cuales nos fue entregando fraccionados con algunas condiciones comerciales, al final ya para enero del año 2.009 nos hizo un ofrecimiento adicional de $450 Millones que después subió a $1.500 Millones condicionados a que si comercialmente no veía viabilidad debía entregarle a Movistar los 62 puntos de venta; ofrecimiento que no aceptamos pues la cifra estaba muy lejos de constituir una justa indemnización por los daños causados por el no suministro de inventario para las 62 tiendas.

La situación sólo permitió que nuestra empresa se declarara en liquidación y aplicar la cláusula del contrato de ir ante un tribunal de arbitramento en caso de no poder dirimir controversias en una conciliación, situación declarada fallida que daba  pié para instaurar demanda contra Telefónica en tribunal de arbitramento.

Agotando todas las instancias y después de habernos reunido con Martha Elena Ruiz Diaz-Granados secretaria y representante legal de Telefónica Movistar, le solicitamos una cita con el nuevo presidente de Movistar Ariel Ricardo Pontón quien nos atendió en su oficina en compañía de su comité jurídico; y para nuestra sorpresa conociendo los “rumores” de controversias con Juan Pedro Araujo su vicepresidente de ventas y mercadeo a quien le trajo reemplazo directo de Argentina, después de escuchar nuestros argumentos se limitó a decir que “..no voy a responder por las embarradas de mis antecesores..” limitándose a decir que si queríamos continuar que le presentáramos un proyecto comercial, pero ahora entendemos que su comité jurídico actúa a través del lobbysta José Roberto Sáchica Mendez, hijo del ilustre ex Magistrado Luis Carlos Sáchica; hermano de la  Secretaria de la Corte Constitucional Martha Sáchica Méndez; hermano del funcionario público Luis Fernando Sáchica Méndez; hermano de María del Pilar Sáchica Méndez, ex funcionaria de la Secretaría Jurídica de la Presidencia; hermano del fallecido Director Jurídico de la Cámara de Comercio de Bogotá  Carlos Eduardo Sáchica Méndez para manipular y manejar las controversias en tribunales, ha sido tanta la confianza de Ariel Ricardo Pontón que en carta respuesta enviada al Ministro Tic´s Diego Molano claramente expresa que “Será en ese escenario que debatiremos con ese exagente comercial las razones del actuar de  nuestra empresa, las que de manera reiterada han sido respaldadas por diferentes tribunales de arbitramento” y termina afirmando “… se ha visto reflejado en diversas decisiones arbitrales, que sin vacilación alguna han respaldado su actuar”, la fecha del comunicado Septiembre y posesionado en Diciembre, 9 meses después ya tenía todo el respaldo de su comité para dar estos argumentos de confianza; ellos pensaron que no íbamos a poder asistir al tribunal de arbitramento, $580 Millones se pagaron entre las partes, que un fallo inicial a su favor el cual fue impugnado y paseado por su lobbysta por las cortes terminó finalmente anulado por la corte constitucional por no haber entregado en la inspección judicial información decretada por los árbitros entre otras, este fallo decretó la devolución del 50% de los honorarios pagados a los árbitros.

Se ha expresado en el blog http://dolotelefonica.blogspot.com/ que Telefónica Movistar en calidad de socio del gobierno debería su representante en la junta directiva de Colombia Telecomunicaciones S.A ESP el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas hacer una investigación por las denuncias que hemos planteado a la opinión pública de cómo el abogado de Telefónica alteró y cambió frases y palabras de testimonios en sus alegatos de conclusión, de cómo la representante legal faltó a la verdad en su interrogatorio de parte, de cómo al haberse decretado la presentación de información en la inspección judicial esta fue negada.

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