Cuando esta multinacional se apoderó de TELECOM y pasó a ser una empresa
mixta, el % de acciones estaba equilibrado, hoy en día el estado posee solo el
30% y teniendo en cuenta sus actuaciones jurídicas la epidemia de rumores
continúa para tomar el control y sobrevivir para poder cumplir con la cuota a
sus accionistas españoles.
Por: Jorge Torres
Hace 10 años, cuando Telefónica en Colombia era liderado por el
matriarcado heredado de la entonces Celumovil, Cocelco, Bellsouth, su casa
matríz en España inició el plan de los 1.000 días para transformar el negocio y
tratar de quitarle participación a su competencia Comcel que ya le había tomado
ventaja en el negocio. Coincidió cuando a nivel mundial adoptaron la marca
MOVISTAR cambiando desde su imagen corporativa hasta su modo de actuar porque
el plan finalmente en Colombia no funcionó y les tocó reinventar su estrategia
para volver a enrutar su visión de ganar la mayor participación tal como lo
habían logrado en otros países latinoamericanos.
El matriarcado
definitivamente lo acabaron y trajeron un comercial español que implantó un
sistema logístico de distribución que allá en España les había funcionado pero
que en Colombia fracasó totalmente, hasta el punto de no tener como ofrecer a
sus clientes variedad y cantidad de celulares dejando las tiendas de sus
distribuidores llenas sólo de tarjetas SIM para activarlas en los teléfonos de
la competencia; de esta manera acabaron con la red de distribución y se
dedicaron a tomar el control comercial nuevamente en las capitales y ciudades
intermedias dejando sólo en las poblaciones distribuidores para la comercialización
de sus planes prepago. Este plan cambió de nacionalidad española a argentina
quienes trajeron al país un modelo comercial con Centros de Experiencia para
fidelizar los clientes que hasta el día de hoy han podido retener.
Lo que mucha gente y sus socios el gobierno no saben es que
Telefónica a través de terceros, lobbystas jurídicos han manejado estrategias
dolosas para poder mantener su operación y han logrado con sus actuaciones neutralizar
decisiones a su favor para no poner en riesgo la operación en Colombia, esto a
pesar y en conciencia de que no vulneran el “Código de buen gobierno” en
Colombia y que no pueden ser culpados de malas prácticas o de infringir las
políticas nacionales y/o internacionales.
La vacuna contra este “Papiloma” la tienen sus socios el
gobierno y los organismos que pueden investigar a fondo las actuaciones de
Telefónica, de las cuales, se han compulsado pruebas pero debido a los lobbys e
influencias de sus juristas externos y comités internos, solo se ha logrado
bloquear estas denuncias.
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